sábado, 22 de septiembre de 2012

                                                                                               Por : GERARDO ALEGRIA BAZAN

                                                                                              publicado en diario La Industria de Trujillo
                                                                                              10 de Enero 2002.


ARTE Y REALIDAD NACIONAL


Antes de las fiestas navideñas, Hèctor Suàrez, conocido y prestigioso pintor trujillano, presentó dos muestras: una en el local del Colegio de Arquitectos y otra en la Sala de Exposiciones del Instituto Nacional de Cultura. Muestras que con cuadros (¡oh sorpresa!) eran virtualmente todos de estilo figurativo: el pan era pan y el vino era vino. ¡No había que pensar, solo admirar la belleza!!! Que ni pintada para los ignorantes en materia de arte que en este mundo somos; esos que cuando vemos que el Rey está calato es porque el Rey está calato, como sucede en el cuento de Andersen; esos que ni los mejores críticos (y hay tantos críticos y hay cada critico, vàlgame Dios...!) ni de vainas nos van a hacer ver que el Rey está vestido, ni van a  lograr convencerme que la oscuridad es garantía de profundidad, ni hacernos comulgar con ruedas de molino a nosotros los ignaros. ¡¡¡No señor!!! Nosotros nos quedamos con el figurativo ¡¡¡Si señor!!!
Y no es que no me gusten las pinturas de algunos de los "ismos" que algunos de nuestros neoartistas creen que crean (¿ o crearán?) porque algunos (muy pocos) me parecen impactantes, hasta bonitos. No se qué dirán ni a que "ismo" pertenecen, pero igual me gustan, como me gusta el canto de los pájaros, aunque tambien (como ciertos artistas) hay pájaros que graznan, vaya que sí.
Y voy por la media carilla hablando de algo que no era mi propósito, exponiéndome a que artistas, pintores y críticos (difícil es dar con ellos, pero de que los hay, los hay) me hagan papilla por las burradas que estoy diciendo, porque de pintura yo sólo se que hay unos pintores que pintan al Perú y sus problemas y en su acendrado nacionalismo o regionalismo tratan de expresar y exponer para la serena contemplación del arte y la belleza sus vivencias, su entorno, la identidad nacional, en suma, y en este campo también denuncian y protestan. Pero también están los otros pintores, que copian lo extranjero "por más que los perjudique", como  reza la copla mejicana, y ahí quedan.Algunos ni para el recuerdo, porque sólo pintaron o imitaron mal lo que otros hicieron allende los mares o más arriba del Ecuador. Otros, pintando para las galerías de arte, influenciados por galeristas que fungen de  "críticos de arte", que hacen creer que es sinónimo de buen gusto y cultura tener colgado en la pared el cuadro de un fulanito a quien han colocado en la cresta de la ola. Pero pasa la moda o asoma por ahí otra tendencia en el exterior y el fulanito desaparece o se pone a pintar lo que el galerista quiere ahora o  éste ya se las arreglará para poner a otros en la cresta y así "ad infinitum".
Pero qué diablos hago otra vez hablando de pintores, de modas, de "ismos", de críticos y galeristas, cuando yo no se nada de este negocio del cual ni debo ni quiero ocuparme cuando únicamente quería hablar de arte y realidad nacional, inspirado en la exposición de Hector Suarez, por lo sincera, sentida y objetiva.
Pues aquí voy. Como la industria no publica fotos en esta sección les voy a relatar a las volandas un par de obras que, entre todas, son las que encajan mejor en el tema. En una de ellas, dos mujeres durmiendo, una recostada sobre la otra y, un poco más atrás, un hombre, igualmente dormido, con la cabeza sobre sus brazos cruzados.

EtiquetasLas tres personas tienen al frente, cada una, una mesa donde exponen fruta perfectamente arregladita sin que falte una sola en el arreglo. Ergo, se durmieron esperando que alguna persona vaya a comprar. Arte del bueno y realidad nacional. Recesion que se llama. Todos tratan de vender algo hasta el cansancio, pero nadie compra porque no hay plata. La fruta se pudrirá, aumentando la pobreza de la gente y la recesión nacional porque al romperse el eslabón de la cadena pierden todos: esos pequeños intermediarios, los mayoristas, los productores, los bancos y, en definitiva, la economía del país, porque si nadie vende, nadie gana y no hay impuestos que cobrar.
Por supuesto que en la cadena hay transportistas con su propio entorno, gasolineras, vendedores de repuestos, etc. Hay restaurantes con sus proveedores y sus consumidores, etc., y así hasta el infinito. Y por último yo, porque el inefable gobierno de Alan tuvo que tomar la plata de los jubilados para pagar su terrible burocrasia y su terrible populismo y, como yo y mi gremio de viejitos lo mas que podemos hacer es hacer sonar ollas y eso "no se oye padre", nos pagan un monto de jubilación que es una verguenza y que ahora ya no le duele al congresista Xavier Barrón, porque hoy se ocupa de asuntos mayores desde la Mesa Directiva del Congreso.




El otro cuadro es igualmente impactante: el protagonista es un caño de agua que no anda en un callejón sino en un arenal. Del tal caño chorrea un hilito de agua con el que acaba de llenar sus dos latas un aguatero que lleva un palo sobre los dos hombros, cabeza gacha y las manos puestas en ambos extremos del palo,de los cuales cuelgan a cierta altura las latas. En el chorrito, entonces, llena ahora un niño desarrapado y en el suelo, en fila india, depósitos de toda laya y tamaño y, junto a cada uno, gente humilde variopinta, hombres, mujeres y niños, esperan con una cara de serena resignación.
Realidad nacional, monda y lironda. Uno, luego de admirar la calidad del trabajo artístico de la obra en sí  no tiene mas remedio que pensar de dónde y por qué está ahí esa gente, o "las locas ilusiones lo sacaron de su pueblo" y vino a la costa a buscar fortuna o fue brutalmente desarraigada por el terrorismo y tuvo que venir a la costa, poner cuatro esteras y tratar de vivir. ¿Como? Sólo Dios sabe, pero ahí está la imagen neta en el pincel de este artista que atisba su entorno, perenniza en el lienzo sus vivencias, denuncia y protesta por lo que hay que protestar.
Ojala que alguna vez cambie el panorama, que llegue el progreso de manos de gente honesta. Que nos unamos todos para sacar a este pueblo adelante, sin estarnos arañando los unos a los otros. Y tu, Hèctor, sigas en tu terco empeño de pintar tu entorno que será, sin duda, una casita con un arbolito y una plantita de geranio en la puerta; niños jugando en un parque; un mercado de frutas lleno de compradores; agua corriente en el caño de la casa. Que no te importe para nada que algún critico (que los hay) diga que tu obra es "demasiado regionalista", "demasiado popular". "demasiado bonita para ser artística". Sigue pintando para nosotros, el pueblo, la masa, para los que sabemos de nuestra querencia y nos sea dada la gracia de verla traducida en color y armonía


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